miércoles, 2 de octubre de 2013



CITA EN EL MUSEO




No se conocían ni siquiera de otra vida, como solía bromear Joaquín. Aunque desde hace un tiempo ,coincidían vigilando el museo cuando los visitantes abandonaban sus pasillos y el silencio invadía las salas. El horario nocturno, a los tres les resultaba inmensamente aburrido. En uno de sus encuentros, Francisco propuso convertir la noche en una divertida velada. Al dar las doce fue él quien dio el primer paso; frente al cuadro de Las Meninas, alzó un pincel, y convirtió a Margarita de Austria en una fiel servidora, cambiando los papeles entre ella y sus camareras. La respuesta fue rápida y Diego, con firme decisión ,dio a los chicos de la playa unas compañeras, no podía ser que los chiquillos estuvieran faltos de compañía femenina para jugar con las olas. Joaquín sin ser menos en aquella nocturna travesura, recogió el pincel y convirtió las bayonetas del fusilamiento del tres de mayo en guirnaldas de claveles. Tras las risas por este gesto tan pacifista, firmaron sobre las autenticas rúbricas, las obras modificadas. Así Las Meninas pasaron a ser de Goya y sucesivamente Velázquez, y Sorolla dejaron constancia de quien vigilaba el Prado.

1 comentario:

  1. çhola niña.
    ¡Qué buen día el de Bilbao, hio un tiempo expléndido de carino, una brisa de abrazo, un cielo de sonrisas... Dan ganas de volver aal lugar, aunque todo eso que había en el ambiente, vive en mí...
    Me gusta la limpieza de tu blog que me parece una gota de día claro en este mundo de los blog.
    Abrazo.
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