sábado, 23 de agosto de 2014

LUNA ULTIO ORA PRO NOBIS (LUNA DE VENGANZA ORA POR NOSOTROS)


La luna se escondió en el campanario al tiempo que repicaban las diez de la noche. Hizo sombras en el cuerpo desnudo de Ángela, proyectando en él la torre de la iglesia. La joven tumbada sobre una cama en el cuarto piso de un edificio en ruinas, entre sus piernas ensangrentadas echaba fuera una vida. El niño nació llorando ávido de conocer mundo y a los pocos minutos el llanto cesó. La luna asomó terciada tras  las campanas. Ángela lentamente se incorporó, dirigió sus  trémulos pasos al ventanal apretando al neonato contra su pecho. Miró al cielo y oró sin saber hacerlo. La luna se volvió roja y   desde de  la cúspide del  templo un cuerpo cayó  con un  grito aterrador. Salieron los frailes descuidando su clausura. Entraron al joven monje  sin vida al  atrio de la iglesia, cerraron sus ojos y vieron sobre su frente una señal pagana; una luna llena y roja marcada a fuego. Ángela lloró la muerte del niño albino  y la luna lea acompañó