jueves, 10 de julio de 2014

NEGOCIOS




Durante la estación invernal, pocos son los que se alojan en el hotel cercano a la carretera, sin embargo, cuando despierta el buen tiempo suele caer por allí algún que otro cliente haciendo parada antes de llegar a destino. Y es entonces cuando Samuel deambula por las escaleras, pasillos y dependencias, con un radio cassette sobre el hombro, paseando su vida rosa junto a Mireille Mathieu; repitiendo una y otra vez con perfecta pronunciación estribillo y estrofas. A Samuel le faltan abriles, dice su madre. Cortito que es el chico, explica el abuelo.
Nadie puede quitarle esa costumbre. Se empeña en llevar las maletas y el hombretón de metro ochenta hasta sonríe en francés a los visitantes del país colindante.
Al final de la temporada, el chaval de treinta y dos años, para disgusto de su padre, se refugia de nuevo en su habitación durante todo el invierno. No sin antes haber bajado al pueblo a comprar con las propinas conseguidas, ese juego de consola que tanto le gusta, un par de comics coleccionables y una nueva cinta. Este año se ha hecho con una de John Lennon; dicen que el verano que viene llegarán a la península muchos ingleses.



( Fotrografia de Amparo Martínez / Petra Acero)