martes, 25 de septiembre de 2012





LAS ÚLTIMAS NIEVES

Hasta chocarse con una pila de maderos, disfrutó  la tarde deslizándose  por la colina sobre una plancha metálica, haciendo surcos en la nieve. El frenazo terminó con la diversión y sin embargo, con el cuerpo molido y la boca ensangrentada, permaneció sobre el santo suelo riéndose sin poderlo evitar: las gotas de sangre caídas sobre la nevada, le recordaron a un vestido de flamenca, de esos que se ponían las mozas en la feria del pueblo.Cuando recobró la posición erecta, pensó que quizá esa seria la última y mejor tarde de su invierno, y se alegró  de  haberse escapado de la residencia. .

miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL MEJOR REGALO

He cumplido doce años. Ese secreto que guardo desde la niñez, hoy puedo contártelo. Anoche, a mi padre, al entregarme el regalo  justo al dar las doce, le tembló la voz. Casi sin mirarme, como con vergüenza, me dijo:
- Piensa en  esas manzanas ya maduras, jugosas y que  sabemos  que pronto caerán del árbol. Antes de que eso suceda y se estropeen  en el suelo, juntos las recogemos. De la misma forma creo que ya estas preparada y hay algo que debes conocer.
Al ver que sus ojos no se posaban en los míos, sentí  dolor y alegría, no quise hacerle sufrir más y me abracé a él.
-Esta manzana quiere darte las gracias por los años que me has regalado, por la vida que me has dado, por amar a mama y no abandonarla.
Balbuceó un “te quiero” y  nuestros ojos comenzaron a temblar.
Cuando él me miraba y cogía mi mano para cruzar la calle sentía y deseaba lo que yo sospechaba. No he vuelto a ir al faro a llorar. Hace años que se que tío Roberto es mi padre.
Querido diario, me  siento orgullosa de ser  la  Galleguca.

lunes, 10 de septiembre de 2012

    AIRE                                               

-Si te cuesta respirar, asoma la cabeza a la ventana, el aire entrará en tus pulmones.
Esa fue la única frase que le dirigió aquella noche mientras la desataba. Sus manos se retorcían oprimiendo las uñas en las palmas, pero la sangre que manaba de ellas no le asustó.El corazón le palpitaba tanto que podía escuchar su bombeo.
-Asoma la cabeza a la ventana- sonaba una y otra vez en su cerebro, y los puños se hacían cada vez más pequeños.
-Si te cuesta respirar...- sufrió la ironía de la frase y la sangre impregnó sus uñas.
-El aire entrará en  tus pulmones- odió  el aire que le rodeaba y sus ojos se clavarón  en los cristales de la ventana.
Una ráfaga de viento, unas cortinas danzando, unos barrotes sueltos, un salto en el camino, el aire entró en su vida: Jamás volvería a tocar a su niña, nunca mas pondría sus manos sobre ella,
-¡Nunca! -Gritó  mientras le veía caer al vació y respiró.