martes, 6 de diciembre de 2011

MICRORRELATOS CONFUSION


Me estás atrapando, lo sé. Me enredas paulatinamente. Hasta  mirarte con los ojos cerrados, me produce rápidas palpitaciones. Siento un pellizco agradable, como una dulce punzada. Sé lo que siento, también sé  que sufriré, que me perderé en las infinitas aguas cristalinas de tus ojos. Y a pesar de ello,  seguiré por el camino prohibido,  hasta dar con tu alma, hasta encontrarte. Voy a salir de mi tranquilidad, voy a encontrar tus manos para que me aprietes   con ellas. La humedad está enmoheciéndome los huesos. Llueve. Llevaré  un paraguas sobre los hombros para protegerme .Lo que no sé, es por qué tengo estos pensamientos, mientras me alejo de ellos,  mientras voy en dirección contraria.  El paraguas quizá me protege de la lluvia, pero ¿y del miedo al amor?

Rescatando el pasado




Dos ruedas, dos piernas que pedalean con fuerza, con ilusión. Una calle enfilada hacia la libertad. Juegos, risas, lo recuerdo, me estoy acostumbrando. Me saludan y yo sonrío. Recorro la calle, pasan junto a mí, sonrío. Continúo mi viaje urbano por una calle bien conocida para mí. La he cruzado, cientos, miles de veces, nunca me pareció tan bonita como hasta ahora. Al final de la calle hay un jardín, si cierro los ojos puedo verlo. ¡Qué sensación más placentera! ¡Qué pequeño soy! un niño que juega feliz. Hoy  no quiero dejar de sentirme así. Mañana será  otro día. Mañana seré de nuevo el ocupante   de la habitación treinta y  cinco de esta residencia de ala tercera edad. Hoy, seguiré atravesando la calle, como cuando era niño. Dos ruedas, dos piernas, me siento con fuerzas.