¿LA "M" CON LA "A" ?
Subimos
a cubierta aterrados. Los zapatos de mi mujer caminaban solos por el camarote.
Sin embargo no comentamos nada a la tripulación por miedo a que nos tomasen
por locos. La segunda noche decidimos
intentar descubrir lo que sucedía. Sentados en la cama esperamos a que cualquier objeto volase. Tras unos minutos, el camisón
de mi mujer comenzó a bailar. Quisimos huir de nuevo pero una voz nos detuvo.
_ No os vayáis, no me dejéis
sola.
Una figura apareció dentro del
camisón. No sé si fueron los nervios pero no pude contener la risa al ver cómo
las mangas, tan largas, no permitían ver
las manos de aquel espectro. Mi mujer por el contrario permanecía en silencio,
sonriendo; fija la mirada en la niña.
_ Ayer embarqué con papá en el
Titanic pero no sé dónde está.
Solo acerté a sacarla del error.
_ Este no es el Titanic, mira,
léelo en las toallas, dice Dinamic.
_ No sé leer, tengo cuatro
años-dijo enfadada.
Desde entonces, cada otoño, procuramos
hacer un viaje en el barco y pedimos siempre el mismo camarote. Mi mujer está
jubilada de la docencia y dice que es muy lista. Este año quiere enseñarla a
multiplicar.
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