LUNA ULTIO ORA PRO NOBIS (LUNA DE VENGANZA ORA POR NOSOTROS)
La luna
se escondió en el campanario al tiempo que repicaban las diez de la noche. Hizo
sombras en el cuerpo desnudo de Ángela, proyectando en él la torre de la
iglesia. La joven tumbada sobre una cama en el cuarto piso de un edificio en
ruinas, entre sus piernas ensangrentadas echaba fuera una vida. El niño nació llorando
ávido de conocer mundo y a los pocos minutos el llanto cesó. La luna asomó
terciada tras las campanas. Ángela
lentamente se incorporó, dirigió sus trémulos pasos al ventanal apretando al
neonato contra su pecho. Miró al cielo y oró sin saber hacerlo. La luna se
volvió roja y desde de la cúspide del
templo un cuerpo cayó con un grito aterrador. Salieron los frailes descuidando
su clausura. Entraron al joven monje sin
vida al atrio de la iglesia, cerraron
sus ojos y vieron sobre su frente una señal pagana; una luna llena y roja
marcada a fuego. Ángela lloró la muerte del niño albino y la luna lea acompañó
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