
LA GARRAPATA
-Menos diez, cierro y gano otra vez
- ¿Cómo lo haces Andrés?
- Es fácil, observo las cartas que salen durante la jugada.
-No me refería a estas partidas de chinchón a las que has cogido afición a compartir conmigo bajo la sombra de este árbol.
-Ah ¿No?- me contestó con una sonrisa renovada y con cierta ironía.
-Hablaba de cómo haces para estar tan tranquilo; te han quitado todo, no te hablas con tu gente… ¿Cómo lo haces?
- Soy un perro.
-No lo creo, yo siempre te he tenido por una persona honesta, incluso justa.
-¿Ves ese perro?
-Sí, está ahí desde que empezamos a jugar y por cierto, al pobre otro perro le acaba de arrebatar su hueso.
- No. Se lo ha dejado quitar. Está más interesado en arrancarse del cuello una garrapata que lleva incordiándole toda la mañana, y cuando lo consiga se sentirá relajado, feliz y tan fuerte que sus huesos, los que le importan, ya no se los podrán quitar.
Sorprendido miré al perro y esa vez fui yo quien sonrió.
-Pues yo ya me quité la garrapata y… cierro de nuevo y vuelvo a ganar.
(En homenaje a todos aquellos que consiguieron despojarse de toda garrapata invasora en sus vidas y ahora son felices)