martes, 20 de agosto de 2013




LA GARRAPATA 

-Menos diez, cierro y gano otra vez

- ¿Cómo lo haces Andrés?

- Es fácil, observo las cartas que salen durante la jugada.

-No me refería a estas partidas de chinchón a las que has cogido afición a compartir conmigo bajo la sombra de este árbol.

-Ah ¿No?- me contestó con una sonrisa renovada y con cierta ironía.

-Hablaba de cómo haces para estar tan tranquilo; te han quitado todo, no te hablas con tu gente… ¿Cómo lo haces?

- Soy un perro.

-No lo creo, yo siempre te he tenido por una persona honesta, incluso justa.

-¿Ves ese perro?

-Sí, está ahí desde que empezamos a jugar y por cierto, al pobre otro perro le acaba de arrebatar su hueso.

- No. Se lo ha dejado quitar. Está más interesado en arrancarse del cuello una garrapata que lleva incordiándole toda la mañana, y cuando lo consiga se sentirá relajado, feliz y tan fuerte que sus huesos, los que le importan, ya no se los podrán quitar.

Sorprendido miré al perro y esa vez fui yo quien sonrió.

-Pues yo ya me quité la garrapata y… cierro de nuevo y vuelvo a ganar.

(En homenaje a todos aquellos que consiguieron despojarse de toda garrapata invasora en sus vidas y ahora son felices)


5 comentarios:

  1. Muy bueno Tejón. Es que hay veces que quitandote la garrapata que te incordía basta.
    Un abrazo.

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  2. ¿Ves? Era la imagen que tenía en la cabeza.
    Un saludo, Begoña
    Juan M

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  3. Hola Begoña, muy instructivo este post,hay garrapatas que se apegan tanto que no se esquivan.

    Un abrazo
    Me quedo por aquí para seguir leyéndote.

    Rosa.

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    Respuestas
    1. Pues Bienvenida Rosa, y es un placer tenerte por aquí, puedes pasearte por este lugar todo lo que quieras.

      Un abrazo

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