miércoles, 1 de agosto de 2012

MAR MUERTO

Nos encantaba viajar  en nuestro  barco velero, entre espuma y brisas de mar. La música se escuchaba desde  una punta  a otra de nuestro navío. Encendíamos velas y su  luz aclaraba la noche,  se propagaban aromas a vainilla y limón. Nuestros ojos, nuestras manos, se posaban  en los paisajes más hermosos y soñamos sin querer despertar. Pero un día  nos sorprendió la tormenta, zarandeó nuestra nave y aquellos viajes nuestros se volvieron  grises y turbios. La tormenta dejó culpa y reproches.  Dejamos de viajar juntos. Una noche, yo quise volver a intentarlo y te propuse  salir en el barco por  nuestro mar particular.  Me vi sola,  soñando  sola, no había ni aromas, ni espuma, ni velas, y el viaje fue corto: decidí quitar el tapón de la bañera, y mis sueños y tu amor se fueron por el desagüe.  No he vuelto a verte más.

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