¿QUIERES JUGAR CONMIGO?
-Tienes que hacer tu maleta, mañana nos vamos de vacaciones
-¿Y el espejo? ¿Me le puedo llevar?
- Claro que puedes.
-Elena, esta manía del niño con ese espejo no es sana. ¿Por
qué no se lleva los patines?
-Al niño le gusta jugar con el espejo.
-Pero sería más natural que le gustara salir a pasear en
bicicleta con el primo
-El primo es muy diferente a él, no se parecen en nada.
-Pero Elena, no es normal que hable con el espejo.
-Él no habla con el espejo.
- Por esta vez voy a dejar que lleve el espejo, pero en
cuanto regresemos irá directamente al trastero.
-¿Vas a abandonarle en un cuarto oscuro? ¿Vas a volver a
hacerlo?
-¿Abandonarle? me refiero al espejo. Elena no empieces, no
tuvimos la culpa.
-Yo no soy culpable, fuiste tú quien lo castigo.
-Fue un accidente Elena.
- Le encerraste en el garaje.
- Le dije que se fuera a pensar lo que había hecho, no sabía
que el freno no estaba puesto, te lo he explicado mil veces. Fue un accidente.
-Deja que juegue con el espejo, su reflejo es lo único que
le queda de su hermano gemelo.
Una perspectiva del desdoblamiento que tiene tanto de físico como de psíquico. Muy interesante, y también muy bien construida la lucha de pareja por la culpa.
ResponderEliminarEnhorabuena, Begoña.
Juan M
Cuantos veces los matamos, incluso aunque vuelvan indemnes del garaje o del tratero...
ResponderEliminarUffffff, no sé si tomarme una tila o un barril de vermú. Para recuperarme, digo.
Abracitos.