Sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto que resuena en el bosque. Lentamente avanza entre la niebla y él, moviendo sus orejas aparece como ella espera. El perrillo, se sienta sobre los pies de Leonor, intentando darle calor. La niña está muy fría, ya no tiene quien la cuide, pero el perro siempre le fue fiel. Cada noche, sólo él la ve cuando ella intenta regresar a su cama, donde dejó olvidada su muñeca y su vida.
Begoña, es un micro que pone los pelos de punta y te deja un sentimiento triste.
ResponderEliminarMe ha gustado, enhorabuena.
Saludos
Muy sentido, transmites bien la frialdad con esa ausencia de adjetivos. Pero hay que cuidar esos "laísmos", vallisoletana. Vengo de "despojos del ReC", soy Perth Ciento Once. Un saludo.
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