TANGO COMPARTIDO
Enreda sus piernas entre las de él. Los brazos en disconforme distancia. Le mira sin mirar, para que no se dé cuenta. Y las manos sobre los hombros, como una suave y delicada caricia interior. Los pasos, en el estilo establecido para el tango, quizá ella los acorta pero levemente, sutilmente, para que él no se dé cuenta. La melodía sin embargo, mecida en ambos corazones. Ella en silencio, sin hablar, sin casi respirar, para que él no se dé cuenta. El sonríe, sin dejar que ella le mire. Entre los dos cuerpos un aire caliente. Ella cambia de dirección. En cada giro están más cerca y él, se aferra a su cintura para que ella por fin se dé cuenta.
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