He aprendido a subir por tu espalda,
a trepar por tus sueños
Por cada gota de sangre que recorre tus venas
Por cada una de tus miradas
Por cada una de tus palabras
De tus frases pensadas
esas que apenas
son pronunciadas
He aprendido a sentir el frio
si tus manos están heladas
El calor que albergue tu alma
El crepitar de tus ojos
lo siento antes de encenderse la llama
lo siento antes de encenderse la llama
He aprendido como retornar cuando soy necesitada
Cuando tus cientos de dudas
se quedan en mi abandonadas
se quedan en mi abandonadas
Cuando en la noche oscura
cierras la puerta hasta mañana
cierras la puerta hasta mañana
Y habiendo aprendido todo de ti
sin haberte tenido
habiendo visto el color añil
de una lagrimas
Siendo quien más te conoce
De ti, no soy nada
Begoña, qué emoción, cuánta entrega sin esperar recompesa: puro amor.
ResponderEliminarMe ha encantado. Incita a volverlo a leer, respirar su esencia, aprender del poema para ser mejor persona.
Creo que me tendrás mucho por aquí:)
Un saludo.