LA CULPA LA TUVO EL PEINADO
Tu madre te enseñó a peinarte así. Siempre llevaste unas trenzas recogiendo bien tu larga melena. Pulcra y decente como la que más. Te enseñaron a buscar un buen partido entre los compañeros que salían de la universidad. Probaste con cinco o seis. El último, tu marido. Alguien de la alta sociedad, alguien de grandes copetes, tan grandes como sus bofetadas. Quizá fue porque también te enseñaron a llevar un flequillo lacio cubriendo tus ojos.
LA OTRA
La rozabas suavemente con tus dedos. Ella ni se movía. Deslizaste todo tu amor por su cuerpo curvado. Yo, desde el umbral de la puerta tuve celos. Ella era la que me robaba todas tus caricias. Ella, la que hurtaba todos mis momentos posibles contigo.La abrazaste, y entonces oí la melodía. Maldije una y mil veces tu guitarra.
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