"Aún es temprano". Oías desde tu rincón. No sabias bien si era en la calle, o quizá el sonido de esa voz venia de otro lugar. "Aún es temprano" volviste a escuchar.Cada hora, como el carillón de un reloj, la misma voz, la misma frase. "Aun es temprano", repetías sin darte cuenta. Saliste por tus propios pies. . Todo estaba bien. Por esta vez, tu vida podía seguir adelante. Con una sonrisa de renacimiento, abandonaste la habitación del hospital
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