Me estás atrapando, lo sé. Me enredas paulatinamente. Hasta mirarte con los ojos cerrados, me produce rápidas palpitaciones. Siento un pellizco agradable, como una dulce punzada. Sé lo que siento, también sé que sufriré, que me perderé en las infinitas aguas cristalinas de tus ojos. Y a pesar de ello, seguiré por el camino prohibido, hasta dar con tu alma, hasta encontrarte. Voy a salir de mi tranquilidad, voy a encontrar tus manos para que me aprietes con ellas. La humedad está enmoheciéndome los huesos. Llueve. Llevaré un paraguas sobre los hombros para protegerme .Lo que no sé, es por qué tengo estos pensamientos, mientras me alejo de ellos, mientras voy en dirección contraria. El paraguas quizá me protege de la lluvia, pero ¿y del miedo al amor?
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